
FLESHGOD APOCALYPSE – Veleno (ALBUM REVIEW)
Los maestros italianos del death metal orquestal FLESHGOD APOCALYPSE velaron por la búsqueda de la espontaneidad en el nuevo álbum, “Veleno”. Desde los últimos cuatro álbumes – el álbum anterior de la banda, fue “King” (2016)- y habiendo recibido buenas críticas, el trío liderado por Francesco Paoli ha planeado cada paso, discutido cada nota y ha encontrado como fuente de inspiración a Paganini, Bach y Mozart, así mismo con un equivalente igualmente brutal de death metal. En Veleno, necesitaban un cambio de enfoque (y ritmo). Para lograr esto, FLESHGOD APOCALYPSE se distanció de la distracción (cambios en la alineación – recordemos la salida de Cristiano Trionfera y Tomasso Riccardi desde el año 2017-, tours y frustraciones de la vida cotidiana) y se abrió a su proceso de composición, dejando que la inspiración fluyese libremente. Como resultado, el grupo maduró, combinó de manera más eficiente su visión musical y se embarcó en 11 canciones que suenan como una nueva banda, con un insaciable sed y hambre hacia este nuevo álbum.
El disco da su puntapié inicial sin titubeos, sin intro, sin preludio. Inicia sencillamente con “Fury” y el título es bien decidor de lo que vendrá. Parte furioso desde el primer segundo hasta el final. Es potente, rápido y seguro de sí mismo. El orden de del tracklist es una decisión muy concienzuda para cada banda – en la mayoría de los casos -, y en mi escucha personal, el primer track aporta mucha información sobre lo que puedes esperar del disco completo. Si Fury estaba de los primeros, entiendo con claridad que esa es la señal que la banda está arrojando sobre lo que debemos esperar de Veleno. Una apuesta ambiciosa quizás, porque si me pillo este nivel de energía desde el inicio, no puedo esperar nada menos que lo mismo de allí en adelante.
Será la mezcla perfecta si en los shows en vivo también le sigue “Carnivorous Lamb” de manera inmediata. Dado los breves segundos de distancia que mi reproductor puso entre ambas canciones, tuve la leve impresión de que podría ser perfectamente una sola pista de larga duración dividida en dos y que queda perfecta. Esa posible mezcla – que muy probablemente fue más un producto de mi imaginación y no tuvo nada que ver con la intención de la banda – es la que me lleva a un espiral de altos y bajos y me hizo concentrarme profundamente en los sonidos por largos minutos, la primera vez que la oí.
Diría que “The Praying Mantis Strategy” y “Monnalisa” han sido mis temas favoritos de todo el disco. Me tomó un tiempo darme cuenta que la primera era un interludio y lograba su estructura completa con la segunda. Me declaro fan permanente de los interludios. Los entiendo como una manera de transitar por un disco con calma, pasando por momentos y tiempos específicos, o como una manera de prepararte para lo que viene. He llegado a encontrar grandes joyas en esos pequeños tracks de poco más de 1 minuto de duración.
Esa estructura que menciono más arriba, quedó tan bien armada que resulta en una mezcla deliciosa de coros y sonidos con capas y capas de elementos (que de ninguna manera la hacen sonar sobrecargada o sobretrabajada). Es un tema mucho más tranquilo y menos “riffero”, donde en un principio pensaría que el énfasis estaba en las voces, con su diversidad de estilos y colores. Pero luego me dejaría llevar por los instrumentos, y posteriormente por los sonidos líricos. Cuando el track estaba terminando, me di cuenta que la banda había logrado armar el elemento perfecto. Un gran inicio (que insisto, parte para mí con el interludio), un gran desarrollo y un consecuente final. La volví a escuchar y me convencí de lo mismo.
¿Experiencias con miles de canciones que parten bien y terminan aburridas, o tienen inicios débiles con finales buenos, o aquéllas con momentos peak y que se vuelven tediosas luego de un rato? Miles. Cuántas veces no me he preguntado por qué una banda eligió tal sonido para tal momento. Esta no fue la ocasión. La disfruté completa y le di replay cuantas veces pude. Ahora, ¿novedosa? No estoy tan segura, pero no considero que esto sea lo importante. Funciona para el disco y funciona bien. Si lamenté sólo una cosa, es el hecho de que hayan pasado casi 15 minutos antes de escuchar con claridad la voz de Verónica. Aunque ese es mi pensamiento recurrente incluso al escucharlos en vivo.
El siguiente, es de esos temas que agotan mi oído, en la manera más positiva posible. El ejercicio es el siguiente; ir caminando de noche despreocupada, con la música a todo dar, y cuando termina, darme cuenta que la calle estaba completamente en silencio. Es ese pequeño lapsus el que me hace despertar de mi ensoñación y pensar “wow, ¿qué acabo de escuchar?”. Rápida, heavy, de esas que me quitan el aliento por momentos y que además me entrega un mandato que difícilmente me atrevería a desobedecer: “Worship and Forget”. Si me lo van a pedir así, salgo y rindo culto a quien sea.

Y es en ese momento preciso, cuando me estoy preparando para cumplir la misión encomendada previamente y reforzada por “´Pissing on the Score” y expectante de lo que va a atacar mis oídos en la posterioridad, que aparece el piano suave y la voz femenina exquisita, en la profunda y amarga melodía de “The Day We´ll Be Gone”. Me desconcierta el cambio, pero me atrapa y deseo que no termine nunca. Sea porque fue el soundtrack idóneo para un día cien por ciento otoñal, esta canción que le hace todo el sentido del mundo a su título se quedaría en mis oídos por largo tiempo y ya no estaría tan segura de querer volver a densidad y energía del resto del disco. Pero me lo tomo con calma y salgo ese trance de animadversión en el que me había sumido por instantes. 1000 puntos para Fleshgod, Verónica y esta composición que produjo un gran impacto en mí.
Sin embargo, esa energía puesta con tanta animosidad en la primera parte del disco, no volvería más. Es más, me sorprendería una última vez, al darme cuenta que luego de “Embrace The Oblivion”, aparecería el track homónimo del disco, para darme una claridad que no tuve antes, de por qué este disco me gustó tanto. “Veleno”, es una pista únicamente y exclusivamente de piano. Una que escucharía a luces apagadas, en el silencio de la noche y de mis propios pensamientos.
Fue en ese momento, en el que creí concluir por qué escogieron el nombre Veleno. En italiano, no me había dado sentido. En español sí. Podría traducirse como tóxico, o literalmente como veneno; y sin duda que el álbum se mete en tu cuerpo tal cual, como si realmente lo fuera. Comienza rudo, agresivo, sin titubeos. Te ataca dolorosamente, aflorando la rabia y la agresividad. Intentas oponerte débilmente, pero logra dominarte, doblegarte, mantenerte a raya. Y cuando estás en ese momento de debilidad, aparece para recordarte amargamente lo que eras antes de que perdieras esta batalla; para en el último momento, con una melodía engañosamente suave, llevarte a esos últimos minutos de vida, en una agonía triste y solitaria. Limpio, veloz y efectivo.
Y todo este efecto ocurre realmente rápido, porque el disco escasamente alcanza los 50 minutos de duración. No te dará tiempo de reaccionar, ni de actuar, ni cambiar tu destino.
Gracias a Fleshgod Apocalypse por regalarnos esta pieza. Sugiero ampliamente, no escucharlo a la ligera como lo hice la primera vez. Si puedes tomarte el tiempo de dedicarle una hora de tu vida, en calma y sin muchas distracciones, hazlo. Luego comentamos impresiones.
Entrego a este disco una calificación muy personal, que me hace replantearme profundamente otras calificaciones que haya dado a diestra y siniestra. Me reservo un margen mínimo, en cobranza a la banda por el pedazo de vida que me arrancó.
Por composición, arreglos, voces y todo el trabajo del disco, la banda logra sellar en esta entrega toda la intención que hubo detrás, por hacer algo distinto. En cada track, en el orden y el producto final, se aprecia muchísimo un proceso muy bien pensado, pero que no por ello le quita el alma al álbum. Fleshgod Apocalypse es dramático, en todo sentido de la palabra, y este álbum también lo es. Y último, pero de ninguna manera menos importante, me saco el sombrero por la persona que estuvo detrás de las mezclas y la producción final. Imperdible.
Calificación: 9.5/10
Tracklist:
1. Fury
4:38
2. Carnivorous Lamb 4:39
3. Sugar 4:17
4. The Praying Mantis’ Strategy 1:04
5. Monnalisa 5:24
6. Worship And Forget 4:32
7. Absinthe 6:09
8. Pissing On The Score 4:29
9. The Day We’ll Be Gone 5:57
10. Embrace The Oblivion 7:49
11. Veleno 2:4
Line-up:
Francesco Paoli | vocals, guitars, drums (studio)
Paolo Rossi | clean vocals, bass
Francesco Ferrini | piano, orchestrations
Live:
Veronica Bordacchini | soprano vocals
Fabio Bartoletti | lead guitars
David Folchitto | drums
FLESHGOD APOCALYPSE online:
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www.nuclearblast.de/fleshgodapocalypse
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