HELLOWEEN – Keeper of the Seven Keys Part II (ALBUM REVIEW)
Un 29 de agosto de 1988, vería la luz uno de los discos que cambió la historia del heavy metal para siempre, el quinteto alemán haría gala de su impresionante talento, tanto individual como colectivamente, en un disco perfecto, una obra maestra por donde se le mire y hoy a 36 años de su primera edición, nos daremos el gusto de revisarlo, por el simple hecho de rendir un homenaje a la irrefutable maestría de Helloween.
El llamado del águila en Invitation, sirve en bandeja de plata, el anuncio de una emocionante fanfarria que en ritmo de marcha, va uniendo las piezas de un rompecabezas que termina con la entrada triunfal de un disco que ya se perfila como virtuoso.
Eagle Fly Free, es por mucho uno de los temas obligados a la hora de repasar la discografía de la calabaza, un Michael Kiske con una voz potente e inconfundible, nos sumerge en un viaje acompañado del incesante resonar de la batería del desaparecido Ingo Schwigtenberg. Los solos de esta obra maestra hablan por si mismos, Kai Hansen y Michael Weikath en un duelo de guitarras como si se tratase de unos avezados espadachines, retumban veloces y enrevesados licks que van desde los tímpanos hasta el alma, a continuación un solo de bajo de los habilidosos dedos de Markus Grosskopf que dejará en silencio a todo aquel que diga que el bajo no suena o que los solos de bajo son aburridos. No conforme con eso, las guitarras vuelven en un ataque conjunto para dar paso a un tremendo “Mr Smile“, quien recorre los tambores como su una estampida hubiese pasado por encima de la batería, para llevarnos de la mano a un cierre épico, digno de epopeyas pasadas, con un despliegue vocal hasta la última nota de las guitarras. Una joya hecha de los metales más preciosos.
Sin darnos descanso, las cuerdas nos dan un paseo de ida y vuelta por el diapasón para entregarnos este clásico, infravalorado a mi juicio, como es You Always Walk Alone. Esta canción es una travesía de fraseo complejo, de cambios de ritmo, de infinitos cruces entre guitarras, de bajo poderoso e incansable a una voz en cuello y coro de falsetes imposibles.
El galope de los tambores abre paso a una canción, que parece sencilla, pero no lo es, Ingo nos dejó uno de los intros más reconocibles en la historia, con un doble pedal sincopado nos guía a través de un riff entrecortado y un pre coro melodioso y casi juguetón, en una cadencia casi infantil, pero con el poderío del metal. Todo eso es Rise and Fall.
El silbido del viento, pasos en madera, metales, un grito y un riff palmoteado; la historia del Dr. Stein, es al más puro estilo Helloween, en tono medio en serio y medio en broma. Un órgano de tubo sonando entre juguetón y misterioso, da los retoques finales a una canción liviana y pegajosa.
Canciones que te levantan el ánimo, que te dan un respiro, que te hacen pensar que todo tiene un porque y que vale la pena levantarse, un mensaje desde las entrañas, todo eso es We Got the Right.
Antes de seguir el análisis, hagamos una pausa para darnos cuenta que este es uno de los pilares fundamentales de lo que hoy conocemos como Power Metal, la epicidad, el virtuosismo, la velocidad, los cambios de ritmo, el glorioso manejo de las escalas musicales; si ponemos todo eso en una juguera, obtendremos March of Time. Una vez más, Kiske hace uso y abuso de su inconfundible falsete para darnos un de los coros, de esos que cantan a voz en cuello al borde del escenario. Muchas veces se ha dicho que Kai Hansen es el padrino del Power Metal, pero poco se habla del imaginario y el virtuosismo de Weikath, quien supo no solo crear un estilo, si no modificarlo a su antojo para darle matices y tonalidades como si se tratara de una pintura.
Kai Hansen es el autor de una de las canciones ícono de la discografía de Helloween, con un intro que sólo con un golpe de bombo y caja, nos hace saltar como pelota de ping pong, él mismo ha dicho que estuvo en su momento inspirado para escribirla debido al enrarecido clima al interior de la banda, sea como sea, inspiración es inspiración y nos dejó I Want Out como legado, una pieza de museo. Con un ritmo de heavy clásico y de doble guitarra armonizada, funciona para hacer cantar estadios repletos con un riff sencillo y una letra fácil de corear, con espacio entremedio para jugar con el público. Uno de sus puntos altos es el eterno cierre de Michael Kiske, que te hace pensar que tiene dos o tres pulmones extra. Amos de la técnica, sin ser pretenciosos, o al menos sin que se note.
Guitarra con efecto acústico, dos acordes y mucho cromatismo, uno que otro adorno octavado, simplicidad para comenzar una introducción épica inconfundible, un relato que nos llevará por la aventura y que empieza con una arenga que nos invita a imaginar un escenario fantásico lleno de heroísmo, honor y gloria. The Keeper of the Seven Keys es un relato que raya en lo operático.
Algo que pasa bastante desapercibido es que Ingo pasa de doble tiempo a medio tiempo en la batería, lo que da una suerte de vaivén, una delicadeza que demuestra una vez más, la gran pérdida que fue Schwigtenberg, tanto para Helloween como para el mundo. Si seguimos la letra hasta aquí, recién pasaron de la primera a la segunda llave. La métrica de esta canción es una locura, que sin embargo tiene perfecto sentido. Un descanso entre medio, para dar una textura diferente, con armonías que se entrelazan; cuando ya estás familiarizado con las guitarras, se alcanza a percibir, sin verlos, cual es Weikath y cual es Hansen. Maestros.
El entrecruce de guitarras armonizadas es un reto para cualquier guitarrista y si no estuviesen en un tono distinto, cualquiera pudiera pensar que es la misma guitarra, una encima de la otra, o copiada dos veces; coordinación a toda prueba. Un falso final que nos cuenta el desenlace de la historia, sin embargo nos invita a volver a la normalidad repitiendo el fraseo inicial, como para cerrar el ciclo y volver al inicio. Una belleza.
Pasamos sin escalas, desde la fantasía medieval a una canción que habla de salvación, a libre interpretación, puede ser desde un llamado espiritual hasta un naufragio espacial, la gracia de esto es que la connotación es personal, no obstante, más allá de los significados, Save Us es un cierre perfecto para un disco que nos invita a viajar en un torrente que llena el gusto y los sentidos; un disco tan importante en la historia, que sirvió de pilar para fundar un nuevo estilo e inspirar nuevas generaciones desde hace casi cuatro décadas.
HELLOWEEN – Keeper of the Seven Keys Part II
Tracklist:
- Invitation
- Eagle Fly Free
- You Always Walk Alone
- Rise and Fall
- Dr. Stein
- We Got the Right
- March of Time
- I Want Out
- Keeper of the Seven Keys
- Save Us
HELLOWEEN – Keeper of the Seven Keys Part II Sello: Noise Records. Fecha de lanzamiento: 29 de agosto de 1988
Calificación: 10/10
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