
I: La esencia de Meshuggah resumida en una canción
Muchos recurren a «Bleed», «New Millennium Cyanide Christ» o «Rational Gaze» para introducirse al mundo de Meshuggah, son las viejas confiables, pero es «I» (2004) la pieza que engloba en su mejor expresión todas las texturas sonoras que los suecos habían explorado hasta ese entonces y estaban por explorar. Podrá pasar piola dentro del catálogo –quizás se trate de un deep cut–, pero después de todo es la respuesta a un best of Meshuggah mediante una sola canción –de nada más y nada menos que 21 minutos de extensión. Su canción más extensa hasta la fecha.
Matices de None, Chaosphere, Nothing, ObZen e incluso de su más reciente placa Immutable pueden identificarse en ella, tratándose de un viaje que no excluye su recorrido por la calma, el silencio y algunos destellos de lo melódico y el jazz, mas sólo se estructuran para dar paso de imprevisto a movimientos abrumadores.

«I» es la precisión de los golpes en la cara, de esa sensación de que cada miembro está interpretando una canción diferente al mismo tiempo, de las polirrítmias, de lo técnico, de la densidad, de la potencia y de la ira característica del quinteto, pero la misma –como si no fuera suficiente– se lanza además a lo más extremo de lo que cualquiera puede soportar en su entendimiento de la música a propósito de esa masa sonora de los primeros minutos: una cacofonía del noise en el que cada melodía e instrumento se acumula exacerbadamente sin sobresalir por sobre sí mismo y el resto –y Meshuggah es la banda más apta para indagar en ello.
Tomas Haake, quién es el baterista y principal compositor, en más de una entrevista ha dicho que no suelen hacer jams cuando componen y los demos se dibujan en el mundo digital. Lo interesante aquí es que «I» sí surgió a partir de una improvisación, entre Haake y Thordendal (guitarra líder) en la que –fiel a lo que significa improvisar– se dejaron llevar por la propia música y creatividad del instante y una estructura random –que por cierto sería una de las razones de que nunca la han interpretado en vivo. Fue después que viéndose en la necesidad de consolidarla le hicieron ajustes adicionales a la par de la incorporación del bajo y la voz.
Aquella consolidación se grabó con la intención de darle apoyo al colega y amigo de la banda Jason Popson en la inauguración de su compañía discográfica “Fractured Transmitter”, sin embargo, ésta se publicó sin tener una gran masterización y calidad sonora final y no fue hasta el 2014 que, en contexto del aniversario número 10 de la misma, se le realizó finalmente una remasterización –en un nuevo formato EP junto a registros en vivo de «Bleed» y «Dancers to a Discordant System» + un bonus track («Pitch Black»).
Se sobreentiende que para este cercano regreso de Meshuggah a Chile es sólo un sueño que «I» pueda ser disfrutada, pero es en todo ámbito ese must listen to para la completa comprensión de la paleta cromática particular de ellos –en su más amplia gama.
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