
EPITIMIA – “Allusion” (ALBUM REVIEW)
Por .:G_Radaghast B.P.
Hay álbumes que por diferentes motivos encantan a la primera. Da lo mismo el formato en que lo escuches, el tiempo que le dediques cuando lo descubres (a veces bastan sólo segundos de una sola canción para que te guste de inmediato). O el estilo que tanto el sello o la banda misma dice que toca (en este punto he descubierto que se equivocan, la mayoría de las veces).
Hay otros discos que al contrario, constituyen todo un desafío. Sólo puedes apreciarlos en su totalidad escuchándolos con audífonos, dedicándoles toda tu atención y sólo luego de al menos dos reproducciones consecutivas empezarás a entenderlos. A descubrir sus secretos, arreglos y detalles que de otro modo habría sido imposible detectarlos. A ese (selecto) segundo grupo pertenece “Allusion“, de los rusos Epitimia.

Efectivamente, Epitimia es un trío originario de San Petersburgo (antes Leningrado), ciudad rusa ubicada en la desembocadura del río Neva en el Golfo de Finlandia. Lo componen dos muchachos: A, quien se hace cargo de las guitarras, bajo y teclados, el cantante y liricista K y la baterista y violinista M. Como verán, otra banda que prefiere ocultar sus nombres para, supuestamente, “trasladar toda la atención a la música” (Decisión usual dentro de los géneros ligados al metal que no comparto para nada). Se formaron en el año 2008 y éste corresponde nada más y nada menos que a su sexto álbum.
Nunca había oído hablar de ellos antes, pero he leído que en Rusia es una de las bandas más respetadas dentro del black metal. Por lo que pude averiguar, al principio su música se relacionaba más al black metal atmosférico y que lentamente evolucionaron a lo que ejecutan actualmente. Si bien muchos medios reportan que se enmarcarían dentro del Post Black Metal, para mí este “Allusion” al menos sobre pasa estas etiquetas.
Antes de entrar de lleno en el disco, algunos datos técnicos: primero, destacar el hermoso arte de la Portada fue creada por Dasha Pliska, una ilustradora ucraniana radicada en Odessa increíblemente talentosa. (Recomiendo chequear su perfil de facebook, su instagram y ver más de sus trabajos aquí). Y en segundo lugar, señalar que este álbum en realidad es una recreación de canciones lanzadas previamente por la banda, revisitadas en esta “nueva” dirección musical. Por algo “Allusion” (del latín allusio: retozo, juego) se define como una figura retórica que hace referencia a una obra pero de manera indirecta. En tanto “Epitimia” viene del griego y se traduce como “Penitencia”. Aunque en el concepto de la banda tiene que ver más bien con “la personificación del sacrificio y la expiación”, en su simbolismo más pagano y profano que sacramental.
El disco fue editado en CD (y en una edición limitada de 300 copias en digipack) por el sello inglés Onism Productions. En Spotify podemos encontrar sus anteriores trabajos “Thread” (2019), “(Un)Reality” (2014) y “Faces Of Insanity”(2012). En estos descubrir algunas canciones recreadas en su reciente lanzamiento. En su perfil de Bandcamp puedes oír el resto de su extensa discografía.
Ahora sí: la música que nos provee “Allusion” sobrepasa con creces el apelativo de Post Black Metal. Podría señalar que presenta diferentes aristas y variaciones según la canción de que se trate. De todas formas, su costado black metal corresponde a lo que algunos llamamos “brave murder music”. Aludiendo a ese clásico disco de Katatonia “Brave Murder Day” (Avantgarde Music, 1996) donde las guitarras son las que conducen las líneas melódicas de la canción, transmitiendo éstas sensaciones heladas y tristes pero enérgicas, sobre una batería lúdica. Que para el caso de Epitimia son un elemento central. M toca de una manera increíblemente sencilla pero efectiva, logrando transitar desde blast beats que impactan por su sobriedad y sencillez hasta ritmos más pausados, redobles rudimentarios y arreglos más propios del rock e incluso del jazz.
Son pocas las bateristas que logran tal nivel de emotividad y sobriedad en el mundo del rock. (Leah Shapiro de Black Rebel Motorcycle Club, Meg White de los difuntos The White Stripes). M se posiciona un lugar más arriba al dominar además el doble bombo con una habilidad que impacta.
Dentro del álbum podemos percibir secciones que nos recuerdan, a momentos, a los primeros discos de In The Woods… y de Agalloch, compartiendo con éstos ese sentimiento frío e invernal. Además de la facilidad con la que cambian de ritmos, el uso apropiado de teclados y efectos electrónicos y guitarras acústicas en algunas canciones. Como en “Clue IV: Aspire Like a Bird” con un intermedio que aporta el descanso y la variación justa entre tanta agresividad black. Como también a los discos clásicos que bandas como Burzum y Darkthrone nos entregaron en los noventa. La referencia a In The Woods… y Burzum se justifica además por los alaridos agudos de K que rememoran a los primeros gritos de Jan Transit y Varg respectivamente. A propósito, K exhibe un agradable espectro vocal, desde vociferaciones grunt solemnes, voces limpias hasta estos desesperados gritos agudos.
Prueba de la versatilidad de K se aprecia en “Clue V: Altered State of Consciousness” donde se atreve a cantar de verdad, con voces limpias (lo que recuerda un poco al disco “Kodama” de Alcest). Las líricas además se cantan en ruso, lo que le da un carácter más agreste a la ecuación musical final de Epitimia. Ecuación que se ve completada por el excelente trabajo de A en todos los demás instrumentos, luciéndose en las cuerdas y en las melodías principales de guitarra.
Pese a todas las referencias antes señaladas, debo decir que el sonido de Epitimia es bastante original. Los tres integrantes lograron crear un álbum sólido y personal fundamentado en sus propias destrezas, en el que las semejanzas o “alusiones” que uno podría citar nunca ensombrecen su música. Mención especial además para el trabajo de grabación y masterización. Sii bien el sonido es limpio y se aprecian los instrumentos a la perfección, se percibe esa atmósfera fría y sucia propia de los discos clásicos de black metal.
En este caso no podría resaltar una canción en particular pues todas demuestran un nivel parejo. En todas ellas hay una sobredosis de energía, oscuridad, variaciones acertadas de voces y efectos electrónicos, cambios de ritmo, arreglos que se descubren con las escuchas constantes. La nota más disonante es la última canción, “Clue VII: Post Scriptum”, que arranca con un bajo, batería y guitarra sintetizada en el más puro estilo de Bauhaus y Joy Division.
A la primera oída parece un cover en clave black and roll muy siniestro (como ese cover de Carpathian Forest a The Cure) con blast beats que se cruzan con ritmos más rockeros. Con un K se luce con cambios de voz y entonación, concluyendo la canción con un arranque final de furia desatada que termina con un par de golpecillos de M en el ride. No hacen falta más palabras, un álbum más que recomendadísimo y una nueva banda en la que sumergirse para disfrutar de su previa discografía. Definitivamente, los trabajos de calidad superlativa durante este 2020 los hemos encontrado en el underground de países como Lituania, Italia y ahora de Rusia. Porque de las bandas “consagradas”, son pocas las que pueden nombrarse.
Calificación: 9 / 10

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